“Sin Néstor, el PRI en Puebla vuelve a tener vida”, dice la Corriente Crítica

Lejos de generar preocupación, la renuncia de Néstor Camarillo Medina al PRI fue recibida con aplausos por parte de la Corriente Crítica del partido, tanto a nivel nacional como estatal. Para este grupo, su salida representa no una pérdida, sino una oportunidad de reestructura.
Genaro Morales Rentería, diputado federal y presidente nacional de la Corriente Crítica del PRI, no ocultó su satisfacción. Dijo que lo que sigue es “desnectorizar” al partido, es decir, erradicar las prácticas y estructuras que Camarillo dejó tras su paso por la dirigencia estatal.
A esto se suma la exigencia a la dirigencia nacional para que designe un delegado que garantice piso parejo en el proceso de renovación interna, lo que deja en evidencia la desconfianza hacia el aparato local.
El reclamo es claro: quieren que el PRI se limpie de lo que consideran un lastre político. Incluso hay quienes ya levantan la mano para buscar la dirigencia, como la diputada Delfina Pozos, en un entorno donde la legitimidad será un tema central.
En Puebla, la crítica fue todavía más directa. Erik Salgado Trujillo, dirigente estatal de la Corriente Crítica, afirmó sin rodeos que “el PRI está de fiesta” desde la renuncia de Camarillo, el pasado lunes 25 de agosto.
“Néstor era como un cáncer que se extirpó solo”, indicó al tiempo de exigirle al senador que renuncie al escaño que ocupa, el cual —según Salgado— no le pertenece por mérito propio, sino por acuerdo partidista.
“No es un lugar compartido con el PAN, es un espacio tricolor”, remarcó, desmintiendo versiones que sugieren que la senaduría podría responder a la coalición opositora.
La Corriente Crítica anticipa posibles auditorías sobre el uso de recursos durante la gestión de Camarillo, así como una inminente desbandada de sus aliados. Uno de los primeros en salir, señalaron, podría ser el alcalde de Cuyoaco, Iván Camacho, quien ha protagonizado incidentes polémicos con ciudadanos.
Detrás del discurso de “renovación”, sin embargo, se esconde un PRI fracturado, donde los liderazgos se enfrentan públicamente y las pugnas internas se ventilan sin reservas.