Eliminen las juntas auxiliares

¿Alguien sabe realmente qué hace un presidente de una junta auxiliar? ¿Tienen la figura legal para poder hacer algo por su comunidad? ¿Están dentro del presupuesto del Ayuntamiento?
La respuesta a estas tres preguntas es NO. La figura de una Presidencia Auxiliar es tan vacía como su nombre. Ni es “presidencia” ni tampoco “auxilia” a nadie.
La realidad de este nombramiento obedece a un tema electoral. A una prioritaria concentración de la masa votante, bajo una estructura ficticia para ocuparse en elecciones.
El “presidente auxiliar” no es más que un peón al servicio del Ayuntamiento en turno. Una persona que cree ciegamente tener poder, pero que en realidad es utilizado por los poderosos. Un político de cuarta o de quinta categoría que jamás pudo debutar en las grandes ligas. Un “operador” político que ayuda a la movilización y a la ubicación de los líderes de la colonia para ejercer el ‘mapacheo’.
¿La paga? En algunas ocasiones a los presidentes auxiliares les permiten quedarse con algunos centavos en la organización de eventos, mantenimiento o si les va mejor, una pequeña nómina en el Ayuntamiento.
Las juntas auxiliares carecen de costumbres y tradiciones, de una identidad verdadera. Algunas fingen tener carnavales, pero no son más que un montón de personas con escopetas danzando. En otras sus celebraciones son religiosas, la feria y el baile es por cualquier santo.
De sus votaciones mejor ni hablemos, los registros son patéticos pues el porcentaje de votación es menor al 2%, cuando todas estas colonias representan un 30% de la población capitalina.
En la anterior Legislatura el panista Eduardo Alcántara propuso eliminar cinco juntas auxiliares: San Felipe Hueyotlipan, San Baltazar Campeche, La Libertad, Ignacio Romero Vargas e Ignacio Zaragoza. Por cierto, tres de estas juntas se encuentran en el catálogo de las colonias más peligrosas de la ciudad.
Dicho todo lo anterior ¿vale la pena seguir prendiendo los ánimos entre algunos colonos por un nombramiento que carece de poder y presupuesto?
El remate.
“Nací orgullosamente en la junta auxiliar de San Francisco Totimehuacán”
– Nadie nunca en la vida.