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La culpa no es del INDÍGENA, sino de quien lo hace compadre



Hace unos meses, en una mañanera, este columnista le preguntó al Gobernador Alejandro Armenta sobre las declaraciones de Néstor Camarillo Medina, quien en esa mañana había señalado que los mandos marinos no estaban funcionando en Puebla.

Visiblemente incómodo por el cuestionamiento, el Gobernador respondió: “Para tener la lengua larga, hay que tener la cola muy corta”.

Y vaya que el Gobernador tenía razón.

A estas alturas no tendríamos que estar sorprendidos de la renuncia del senador Nestor Camarillo a la dirigencia y militancia del PRI.

Desde el principio, el oriundo de Quecholac traicionó a su padrino político, Estefan Chidiac. Después traicionó la confianza de los verdaderos indígenas, quedándose con un lugar que no le pertenecía.

Ya en el Senado, Néstor desconoció al PAN, concretamente a Mario Riestra y aseguró que el PRI era mucho mejor partido que Acción Nacional.

Empoderado, el senador indígena traicionó a su líder nacional Alito Moreno y saltó del barco antes de que se hundiera.

Por si fuera poco, Néstor dejó atrás (y con el paquete) a Delfina Pozos, su fiel escudera, sabiendo que cuando el PRI deje de existir en 2027, la única señalada será Delfina. (¡vaya cobardía!).

Pero ahí no acaba, la renuncia de Néstor Camarillo, también marco un hecho histórico en el Senado, pues su salida de la bancada del PRI hizo que el partido tricolor se quedara con 13 integrantes, quedándose por primera vez en 96 años, fuera de la  vicepresidencia de la Mesa Directiva.

¡Ojo! Ya quedó claro que Néstor no da un paso sin huarache (como buen indígena). El expriista algo trama y no dudemos ni tantito que ese voto libre en el Senado podría ser seducido y negociado por todas las fuerzas políticas.

Néstor, por el momento, tiene cabida en Morena, Movimiento Ciudadano y el Partido Verde Ecologista.

Un voto en el Senado se vende muy caro, ¿qué partido le llegará al precio?

El Remate.

Quienes ayudaron a Néstor a llegar al Senado, no se quejen; la culpa no es del indígena, sino de quien lo hace compadre.

¿O cómo va?

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