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Y la modernización, ¿pa’ cuándo?

De nueva cuenta permisionarios y concesionarios del transporte público buscan amagar al gobierno del estado, para conseguir un incremento sustancial al pasaje del transporte público, para pasar de los $8.50 a los 19 pesos, los cuales impactarían negativamente en el bolsillo de los poblanos.

Cierto es que la inflación elevó el costo de vida de los mexicanos en detrimento de su capacidad de consumo, pero también es verdad que, el precio promedio del diésel experimentó un incremento mínimo del 0.78 por ciento. La gasolina subió 24% en el sexenio de López Obrador, según datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), lo que constituyó un incremento gradual a lo largo de 6 años, ello sin considerar que muchas de las unidades de transporte público consumen huachicol, aunque para permisionarios y concesionarios ello les parezca nada importante.

Al inicio del gobierno de Luis Miguel Barbosa, se estimó, sin un estudio de factibilidad claro, un incremento de tarifas, con la única consideración de mejorar el servicio brindado, optando por la renovación o modernización del parque vehicular, y por ende, la mejora del transporte público, cosa que no sucedió.

Hoy, de nueva cuenta transportistas no darán su brazo a torcer, con intentonas de paros y la justificación del incremento al salario mínimo anunciado el día de hoy para pasar de $248.93 a $278.80 a partir de la primera quincena de 2025.

Así que ajusten bien sus cinturones (del pantalón, porque el transporte público no tiene) ya que el aumento al pasaje va, seguido de un incremento inflacionario para la cuesta de enero.

Dios nos agarre confesados.

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